No grites a tu perro

Si gritas a tu perro para lograr que detenga un comportamiento negativo, podrás detenerlo si pero solo en ese momento. Tu perro volvera a intentarlo más tarde y continuar con lo que estaba haciendo mal (bajo tu perspectiva). Cuando gritas a tu mascota, no infundiras mas que un castigo y el perro al no ser tonto lo asociara contigo con lo que sabra que podra hacerlo cuando este solo. Además sólo pensará que eso que hace en ese momento no te gusta, pero no va a entender lo que está haciendo mal.

Si comienzas a gritarle, él sólo se emocionará y continuará haciendo lo que esté haciendo mal, sin darse cuenta de que es un comportamiento inaceptable. Empezará a realizar la asociación negativa entre gritar y la forma en que se siente cuando tu estás a su alrededor.

No confundas los gritos con un tono de voz disciplinario y firme. Al comunicarte con tu mascota, él entenderá más fácilmente si mantienes los tonos en tu voz hasta los tres básicos ...

Una voz tranquila y agradable asegurará a tu cachorro que tu estás satisfecho con lo que hace y aliviará cualquier ansiedad que el pudiera sentir. Sin embargo utiliza un tono de voz más directo cuando desees llamar la atención de tus perros. Te comunicarás con más autoridad, como si estuvieras hablando a un compañero de trabajo. Habla firme y directo.

Un tono disciplinario es la tercera voz que debes de tener en tu repertorio y no debe de confundirse con gritar. Tienes que usar este tono cuando estás tratando de conseguir que deje inmediatamente lo que este haciendo mal. No necesitas gritarle. Eso le asustará y lo confundirá más de lo que ya esta. Hay una línea fina entre un tono disciplinario y gritar a tu perro. No confundas los dos.

La línea de fondo aquí es no gritar a tu cachorro. En su lugar, utiliza el refuerzo positivo cuando se trate de romper las malas conductas y comportamientos.